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miércoles, 20 de julio de 2011

Capitulo 5


Tras estar 2 semanas ingresado en el hospital, Andrés fue dado de alta, y salió temprano con Fabi en su Mercedes para volver a la academia.


A- Jodeeer… ¿No había otra hora para salir?
Fabi- No. Debo estar en la academia por la mañana, hay más carreras aunque tú te accidentes…
A- Vaaleee.

El hospital al que fue trasladado Andrés estaba bastante lejos de la academia, en principio pensaron que sería grave, por ello lo trasladaron al hospital de la capital



A- ¿Es este el Mercedes que están anunciando?
F- Sí, suelo cambiar de coche cada 2 años o así, tengo 3 coches, este es uno de ellos
A- ¿Cuáles son los otros?
F- Un Ferrari California y un GT-R negro
A- Joder, qué lujo
F- Creo que está amaneciendo, vamos a parar por aquí a desayunar



F- Creo que este desvío nos lleva a ese pueblecito, ahí tomaremos algo
A- Vale, en el hospital estuve a base de purés y pescado, me muero por tomar algo que no sea sano para la salud

Entraron en la ciudad, y pararon en un lugar con buena pinta. Parecía haber estado lloviendo esos días.



F- Comeremos ahí
A- Vale, parece que ahí estaremos bien



Una vez que pararon, Andrés notó algo extraño en Fabi

A- Estas un poco serio, ¿no?
F- Nada, estoy cansado
A- No te creo, llevas así desde que tuve el accidente
F- ¡Que no es nada leches!
A- O me lo dices o le tiro el vaso al coche
F- Hazlo y estarás fuera de la academia
A- … Sólo quería ayudarte
F- ……….
A- Nunca viene mal desahogarse
F- Estoy así porque desde que te vi inconsciente los recuerdos me atormentan.
A- ¿Cómo? A ti no te ha pasado nada así
F- ¿Te acuerdas de que dejé de competir justo al empezar una temporada?
A- Sí, oí algo parecido
F- No fue porque quisiera, fue porque tuve un accidente más grave que el tuyo
A- ¿Dónde?
F- … en Nordschleife
A- Pero irías en un coche de competición
F- No. Iba en mi nuevo Ferrari 512 BB
A- No me digas que acabó siniestro…
F- Por supuesto. Y yo casi acabo igual.
A- ¿Cómo pasó?
F-… (suspiro)… La pretemporada iba a empezar, y yo me había comprado el Ferrari. Ya que estaba en Nürburgring de promoción, decidí darme una vuelta en él, sin tener en cuenta que no puedes rodar con unos neumáticos de calle (por esos tiempos los neumáticos deportivos se compraban aparte) y forzándolos al máximo aún menos.



F- Ya les había dado 2 vueltas completas, una tortura para las ruedas, pero yo seguía omitiendo ese dato



F- Me dispuse a empezar la tercera vuelta, lo que sería fatal



F- Pensando que las ruedas irían lo suficientemente calientes apreté el ritmo, sin pensar que llevaba ruedas de calle.



F- El coche tenía apenas 1000 km, recién sacado del concesionario, iba como la seda



F- A 200 por hora me encaminé hacia la horquilla que hay tras unos cuantos kilómetros, no pensé en lo que pasaba en el eje trasero…



F- La rueda trasera derecha estaba rara tras pasar la rápida curva anterior. Derrapé, pero salvé la trayectoria y pensé “Un descuido”. Nada de eso



F- Cada vez iba más motivado, pasaba de los avisos que el coche me daba



F- Derrapes, pérdida de adherencia, traqueteo del eje trasero, motivos suficientes para parar y echar un vistazo, pero no hice nada.



F- Llegué a esa curva… la fatídica curva… rápida, ciega y sin peralte. Qué gran error…



F- El neumático trasero dijo basta, y explotó sonoramente, haciéndome perder el control. Vi todo a cámara lenta, pero sin poder evitar nada. Un reventón a 220 por hora no augura nada bueno, no.



F- Me precipité contra las primitivas vallas a unos 180 por hora, el coche no está pensado para chocar lateralmente, sino frontalmente. Quedó destrozado, se desintegró, los cinturones se rasgaron por las fuerzas G y salí despedido. Por suerte el coche iba rodando y no me atropelló. Fue terrible, una pierna rota, 2 cervicales fracturadas y un estado de coma que me duró 1 mes. Nadie creía que iba a sobrevivir. Desde entonces no he vuelto a subirme a un coche en un circuito, y menos atreverme a pasar el límite de velocidad, por mucha carretera segura que haya.



F- Cuando los servicios médicos llegaron vieron una densa nube de humo, marcas de frenada, el motor al rojo vivo ardiendo en su propio combustible, y a mí tirado entre unos arbustos a unos 20 metros. Creían que estaba muerto
A- Debió ser terrible para ti
F- No lo dudes. Ahora, que tal si olvidamos esto y vamos yendo a la academia. Seguro que llego tarde.
A- (seguro que por eso me venía a visitar casi a diario, no quería que me pasara lo que a él) Sí, vamos ya.





F- En una hora o así llegaremos
A- Estoy deseando llegar, a ver si puedo volver a correr
F- Tranquilo, quedan muchas carreras antes de fin de curso…


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